Masquerade en Madrid

No hace falta tener un gran motivo para organizar un buen sarao, o eso es lo que ha debido pensar la casa Dior, que con motivo de la re-apertura de su flagship en Madrid organizó anoche un fiestón digno de la corte francesa o los extravagantes eventos de los Rothschild allá por la década de los setenta.

El Palacio de los Duques de Pastrana, en pleno y castizo barrio de Letras fué el lugar elegido para la recreación de un baile de máscaras, cuanto menos, imaginativo y pomposo, donde personajes de toda índole desfilaron entre hadas, elfos y otros personajes fantásticos que con una trabajada ambientación intentaba recordar al Dior Grand ball, organizado por la casa en el museo Rodin (París) el pasado mes de enero.

Lo cierto es que ha sido el evento del otoño donde nadie quiso dejar de lucir sus mejores galas y donde el esmoquin -otrora conocido como tuxedó- para ellos fué un común denominador, y ellas de largo y gala, eligieron principalmente a la alta costura de la casa para mostrarse espléndidas.

Pero el elemento común a todos los invitados era la máscara. Si en París, fué el goticismo de Stephen Jones el encargado de inundar el jardín secreto de Dior de misterio e intriga, Madrid lucía máscaras moderadamente atrevidas, pareciendo más, a ratos que el anfitrión era un tal Sr. Grey que la creativa maison Dior.

Otro caso era el de una -como siempre- impecable Naty Abascal que lucia una maravillosa y exclusiva creación de Tolentino que realizado en delicado guipur, incluía su inicial. Simplemente espectacular.

Ellos, se ciñeron al antifaz de rigor, destacando un divertido Martiño Rivas que al más puro estilo Tomás, el niño del Orfanato, apareció con una bolsa de papel a modo de tocado, que rezaba "xeitoso e periférico", ¿Tal vez quería quitar intensidad a la imagen que ello representaba? ...¡Qué más dá!, a Martiño le queda todo bien...

Otro que llamó la atención fué el laureado Palomo Spain que fiel a su estilo, sorprendía con una máscara de piel en armonía con la estola de zorro ártico que le daba un cierto aire soviético.

Asimismo, se dejó ver por el evento el diseñador valenciano Betto García que precisamente ha colaborado con Palomo y que si no le conocéis -cosa que dudo- por favor, no dejéis de hacerlo porque es un gran talento, todo un artista!

Lo que no cabe duda es que fué una noche de fantasía y diversión, donde la Maison no dejó indiferente a nadie e hizo una llamada de atención en el mercado español dejando claro su liderazgo en el sector lujo con la imagen sofisticada y exclusiva a la que nos tienen acostumbrados.