Magia y burbujas... What else?

¿Eres de los que cree en la magia?

...No en la magia de la varita y el conejo en la chistera. En la magia de los momentos, de los lugares, de las personas. El disfrutar del encanto de la vida, del espacio, de los sentimientos.

Nos pasó hace unos días, cuando llevábamos a hecho nuestra primera sesión fotográfica. La habíamos imaginado, soñado e idealizado muchas veces, pero nunca se acercó a lo que esa mañana de sábado sucedió entre un grupo de personas, que poniendo lo mejor de cada uno -su mejor Yo- participaron de un proyecto ajeno a todos pero común en sentimiento, del sueño de una pequeña cabecita creativa a la que consiguieron hacer inmensamente feliz. Vaya a todos ellos nuestro agradecimiento más profundo.

Tras unos meses de andadura desde la puesta en marcha de PGF, sentíamos que había que dar más pasos y fue entonces cuando decidimos organizar una jornada diferente, en la que mostrar la cara más amable y divertida de nuestra esencia; disfrutar de los últimos trabajos realizados y compartir creatividad, charlas, risas y un buen picnic con todos vosotros. Con un maravilloso equipo, que demostró su alto grado de compromiso, implicación, humor y dotes interpretativas, se creó un ambiente que bien podría ser el de una escena campestre de cine.

Bajo la dirección artística de la fotógrafa de interiores Nora Zúbia -cuyo trabajo no os debéis perder en su preciosísimo y cuidado espacio Slow & Chic- y la maravillosa experiencia del fotógrafo de moda Silvio Costa, Olga, Macarena, Virginia, Carolina, Núria y la pequeña Claudia -las chicas PGF- derrocharon desparpajo y naturalidad a raudales, poniendo magia, alegría y color a las últimas creaciones, las cuales cobraban vida a medida que las lucían.

Es increíble, como desde detrás de la cámara las cosas fluyen. Vas viendo como poco a poco, lo que te imaginabas va sucediendo y paradójicamente pasa a convertirse en lo que nunca imaginaste pudiera llegar a ser. Pronto te encuentras envuelto en un ir y venir de vestidos, chaquetas, plumas, pieles y como no una lluvia de sombreros y tocados, como si estuviéramos entre bastidores de un teatro, de un loco teatro en plena función, donde tienen cabida nervios, ilusión, miedo, alegría, pudor …todas las emociones posibles se mezclan y te hacen creer que vives un sueño. Un sueño que de repente te aparta dos pasos atrás y te hace pensar en que toda la ilusión y el trabajo que has puesto durante tantas noches de vigilia merece la pena, al ver las caras de felicidad, al oír las risas contagiosas de unos y de otros, al escuchar los comentarios de los "mirones”… En ese momento no puedes evitar sentirte tremendamente orgulloso de aquellos que te rodean y que disfrutan de algo que sale de tan dentro de uno, que es difícil transmitir si no es a través del corazón.

Es entonces, cuando te das cuenta de que una rara sensación te invade y retirándote discretamente rompes en lágrimas… Eso no son nervios, no es presión… eso, simplemente es pasión, es EMOCIÓN, y las emociones son el tesoro más preciado del Ser humano. La más maravillosa realización del hombre. El mejor premio que se puede obtener en la vida es EMOCIONARSE y SENTIR.