Chanel Cruise 2017 in Cuba
El pasado 3 de mayo, Cuba se abrió un poco más al mundo con un derroche de glamour, color, música y belleza inusual por el paseo del Prado de La Habana. Un cuidado espectáculo que susceptibilidades políticas aparte, convirtió a la ciudad en el foco de todas las miradas nuevamente (recordar el reciente concierto de los Stones y la ya histórica visita de Obama).
Una vez más, la casa Chanel con su comandante en jefe Karl Lagerfeld al frente, no decepcionó en espectáculo, calidad y visibilidad.
La esencia Chanel estuvo presente sin duda, pero el homenajea la isla se percibió en todo momento, ya que desde la apertura del desfile con una siempre regia Stella Tennant, otrora musa de Lagerfeld, con un look andrógino en blanco y negro, zapato óxford bicolor y sombrero Trilby, revivió la sofisticación del estilo dandy de la alta sociedad cubana en los años cuarenta y cincuenta.
Tras ella y durante poco más de 15 minutos, un despliegue de diseños en gasas pintadas con alegres motivos isleños, finos tweeds tan típicos de la marca y sofisticadas lonetas en algodón, entre los que no pudieron faltar las líneas militares, los colores caquis y dorados de los uniformes de la Revolución cubana.
Sorprende mucho -y aquí va el interés de mis líneas- el protagonismo del sombrero, presente en todo el evento, ya que raro era el modelo que no iba tocado.
De todo tipo, tamaño y colores se pudieron ver: el ya mencionado trilby, el panamá, hongos, el yarey (usado por campesinos y posteriormente por guerrilleros los cuales adornaban con escarapelas y otros distintivos militares) y como no la mítica gorra tan característica del Ché y que en esta ocasión, en un ejercicio de sofisticación y creatividad, se vio adornada con toda clase de piedras, pins e incluso repletas de lentejuelas y brillos. Todo muy "chaneliano".
Aquí os dejo unas fotos en las que a golpe de vista se puede ver lo ecléctico del espectáculo, sin poder evitar hacernos esbozar una sonrisa y un deseo de alegría y apertura al mundo, de tan genuino paraje del caribe.
Ni siquiera Cuba pudo evitar rendirse a los pies del Kaiser.
