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Hace unos días que aterrizamos provenientes de la pérfida Albión, y todavía estamos digiriendo todo lo vivido esos días.
Como decíamos un par de historias atrás, este año fuimos seleccionados por primera vez para participar en uno de los eventos más reconocidos del sector, la London Hat Week. Unos días en los que la capital británica reúne a artesanos y diseñadores sombrereros de todo el mundo, con el afán de compartir y transmitir conocimientos, técnicas y creatividad entre propios y ajenos.
Llegamos ansiosos de llenarnos los ojos y los oídos de materiales, colores, técnicas y por supuesto ese British style que tanto nos gusta -Porque mucho se habla del estilo parisien pero el estilo británico, nada tiene que envidiar... si que es cierto, que cada uno en lo suyo. El British concept quizá sea más masculino, más "correcto", más preparado... pero bueno, de esto hablaremos en otra ocasión- y lo cierto es que no nos decepcionó ni un ápice.
Tuvimos ocasión de disfrutar de un montón de experiencias, desde talleres con reconocidos artesanos del sector, paseos con sombrero por el Londres más clásico, cine especializado, charlas de grandes creadores/creativos, y fiestas en las que charlar, conocer y sobretodo lucir piezas de creación propia, donde se podía ver el talento que hay repartido por el mundo. Y no hablo de gente consolidada en este antiguo oficio -que como las meigas: haberlas, hailas y muy buenas- , hablo de gente que con pocos años pero mucha ilusión, aportan técnica, delicadeza y al mismo tiempo osadía, frescura y siempre un gusto exquisito en cada trabajo. Pura delicadeza y sensibilidad en forma de elegante complemento más o menos ponible.
Pero lo que más nos impresionó fue conocer al maestro de maestros, a uno de los creativos por excelencia de la sombrerería -que me disculpen otros, pero este hombre me fascina- al talento más desenfadado y desinhibido, Stephen Jones. Un hombre que partiendo de la nada y que se formó mientras conducía un taxi en el Londres de los 70. Ha coronado las cabezas más destacadas del panorama musical y social: Lady Di, Kylie Minogue, Madonna, Boy George (esos estrambóticos modelos que acostumbraba a lucir Boy George, son una joya!), The Rolling Stones, Beyoncé y Marilyn Manson y así un largo etcetera. Además ha creado auténticas obras de arte que hoy forman parte de los fondos del Louvre, el MIT o el Victoria & Albert Museum y que ha presentado en los desfiles de Thierry Mugler, Jean-Paul Gaultier, John Galliano para Dior o Vivienne Westwood. Si os fijáis, todos ellos gente poco convencional, atrevida y muy muy creativos, como él... personajes con los que ha podido disfrutar de su trabajo y dar rienda suelta a su imaginación,¡¡¡Qué suerte!!!
Fue toda esa pasión y libertad creativa la que nos transmitió durante su amena charla con Hilary Alexander, otra de las grandes y con la que tuvimos el placer de charlar posteriormente.
Pero volviendo al grueso del evento, hay que reconocer que ha sido una experiencia maravillosa, donde hemos podido conocer grandes artesanos, pero mejores personas. Donde nos hemos encontrado con almas que comparten pasión, que generosamente te muestran su experiencia y que aportando belleza y un afinado sentido de la armonía y el equilibrio estético, aportan luz en la vida de cada uno de nosotros.
Volvemos más enamoradas de este trabajo, si cabe. Con la maleta llena de ideas y conocimiento para ese continuo crecimiento. Con la mochila llena de ilusión y metas que procurar.
Un punto de partida para nuevos trabajos y mejores aventuras.
Esperamos que esta tan solo sea la primera de muchas ediciones más.
¡¡¡Hasta la próxima edición!!!
