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Alicia y sus amigos.


Desde siempre he tenido una relación muy especial con Alicia en el país de las maravillas. Una dicotomía de amor-odio difícilmente explicable. Recuerdo leerlo muy pequeña en una versión adaptada que había por casa y que de poco me enteré, la verdad. Posteriormente llegó la versión Disney, que me enganchó algo más pero que me dejó, casi con más dudas que el libro...¿¿¿por qué yo no podía llegar al tuétano de una simple historia de dibujos, de un sencillo (JAJAJAJA!!) cuento infantil???. Fué entonces cuando decidí que Alicia en el país de las maravillas no iba a ser una de mis historias favoritas...

Pasaron los años y Alice's Adventures in Wonderland volvió a mí como lectura obligatoria, cuando tuve que estudiar a Lewis Carroll. ¡Oh, NO! volvía a sentirme pequeñita ante un simple cuento de críos. No quería volver a tener esa desagradable sensación de no sentir conexión alguna con la historia (y menos entonces, con.... con muchos más años!).

Esta vez lo leí con muchas menos expectativas, a sabiendas de lo que me esperaba... pero sorprendentemente, me enganchó. Me lo leí de una sentada, y lo releí para fijarme en aspectos que me empezaron a llamar la atención. ¿Cómo no podía haberme percatado de aquellos detalles?¿Cómo había pasado por alto las pequeñas anécdotas que entre líneas dejaba entrever el autor? Aquel tedioso cuento, pasó a ser un auténtico tesoro que cada vez que se abría, brillaba.

Cada momento, cada personaje, cada frase es un jeroglífico, un acertijo con enjundia suficiente para generar un momento delicioso. Lleno de sarcasmo e ironía sobre temas tan antagónicos como las matemáticas y la física, la política o la psicología, se ha convertido en un libro popular en ambientes de lo más variopinto.

Personalmente siempre he encontrado el personaje de Alicia bastante cursi y "poco interesante". A mi parecer, los personajes secundarios son los verdaderos protagonistas del libro. Con sus personalidades características, apenas aparecen y desaparecen en capítulos, en un recorrido que acaba por resultar un escenario constante de personajes brillantes que conforman una historia mucho más compleja de lo que pudiera parecer...


Así, el Conejo Blanco que a penas sale en un par de capítulos -siempre con prisa y poco diálogo- es el principal desencadenante de la aventura de Alicia; la famosísima, egocéntrica e iracunda Reina de Corazones, paradigma de la impaciencia y el mal humor (Quién no ha oído alguna vez eso de :"QUÉ LE CORRRRRTEN LA CABEZA!!"); el Gato de Cheshire, con su constante sonrisa y sus apuntes filosóficos aparece y desaparece, o la desquiciada Liebre de marzo, con cierta obsesión por el té y la hora.

Pero seguro que a estas alturas, os imagináis cual es mi personaje favorito...pues si, para que negarlo: EL SOMBRERERO LOCO.

El sombrerero es el personaje que más se podría asemejar a un humano afín a Alicia, pero nada más lejos de la realidad. El sombrerero está absolutamente orate, con una conducta excéntrica y divertida que raya lo histriónico.


Mucho se ha hablado de la personalidad de este personaje, y hay diferentes teorías al respecto. Algunos lingüistas piensan que su nombre viene de la asociación del sustantivo "hatter" (sombrerero) con el antiguo verbo "hatter", que se usaba para indicar que alguien tenía una conducta molesta con los demás. Otros la relacionan con el viejo vocablo anglosajón "atter", que significa "veneno" y haría referencia a los síntomas de locura que aparecen al consumir algunas sustancias tóxicas. Algunos estudiosos asocian la expresión con Roger Crab, un sombrerero que en el siglo XVII vendió todas sus propiedades, regaló el dinero a los pobres y se dedicó a vivir como ermitaño en las montañas. Otra teoría, que es la que parece tener más sentido, se remonta a final del siglo XVIII, cuando talabarteros y sombrereros pertenecían al mismo gremio. Ambos, como labor previa a sus trabajos, trataban las pieles para su conservación.

Los sombrereros de la época trabajaban con dos tipos de piel para realizar sus obras (jamás telas que solo eran usadas para forros y adornos). Los de gama alta eran de piel de castor, mientras los más económicos eran de pelo de conejo.

Al contrario que la piel del castor, el conejo requiere un proceso químico para convertirse en un "tejido" válido para su trabajo: En primer lugar se utilizaba nitrato de mercurio para alisar las fibras, igualarlas y darles un tono mate. El proceso se llamaba “carroting“ (de “carrot“, zanahoria) por el tono anaranjado que adquiría durante el proceso. A continuación se afeitaban el pelo de la piel para convertir ésta en cuero liso y se sumergían en una solución ácida caliente para aprestarla.

Como podéis imaginar, los artesanos no eran gente pudiente con grandes talleres y como muchos hoy en día, se las arreglaban en pequeños talleres mal ventilados, en los que los sombrereros estaban inhalando constantemente los vapores mercuriales.

Con el tiempo, estos trabajadores desarrollaban hidrargirismo, más conocido como “síndrome del sombrerero loco”, por los síntomas que generaba y que hacían pensar en que la persona había perdido el oremus. Estos básicamente eran: irritabilidad, hiperactividad, labilidad emocional, timidez y pérdida de memoria, no se corresponden plenamente con el sombrerero de Alicia, que es intrépido, locuaz, extrovertido y obsesionado con el paso del tiempo. Por esto cabe la duda. Sin embargo y según especula H.A. Waldron en su artículo “¿Estaba el sombrerero loco intoxicado con mercurio? Lewis Carroll se inspiró en realidad en el comerciante de muebles Teophilus Carter, vecino de Oxford y conocido del autor. Carter, era de hecho conocido como “el sombrerero loco” entre los vecinos por su comportamiento excéntrico y el sombrero de copa que solía usar.

De aquella época por tanto procede la frase inglesa “loco como un sombrerero” de la que hay referencias escritas desde 1829, medio siglo antes de que Carroll creara a "su Alicia", de modo que es muy probable que el escritor conociera la frase y le ayudara en su inspiración. No obstante, ni en “Alicia en el País de las Maravillas” ni en su continuación: “Alicia a través del espejo” aparece ningún personaje llamado “el sombrero loco” como tal. Sí aparece como sabemos el personaje del sombrerero, con un reconocible sombrero de copa que como una matrioska oculta un sin fin de réplicas y en cuyo lateral lleva siempre visible una nota que dice "In this style 10/6". Hace referencia al precio del modelo de sombrero que era de 10 chelines y 6 peniques, un detalle más de su profesión.

Sólo el Gato de Cheshire advierte a Alicia de que está loco. Aunque realmente, tal vez sólo estuviera bajo el efecto de los efluvios químicos....


Disfrutad de la mítica escena conocida como "Merienda de locos", donde entre otras cosas, celebran su No cumpleaños, dejando patente lo histriónico de estos personajes.



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